Se subió a la bicicleta sabiendo que lo único que debía hacer era llevar acabo lo planificado. La noche anterior, luego de haber logrado vencer su mayor miedo que era quedarse afuera de la final, con su entrenador Pablo Biffarelli hablaron en la soledad de la Villa Olímpica sobre la clave para poder aspirar a cumplir el sueño que había nacido cuando vio a un chico tirando trucos en una plaza de Cordoba: ser campeón olímpico.
En esa charla poco se habló de técnica de carrera. Tampoco de trucos o estrategia. En esa habitación del edificio que alberga a la delegación albiceleste en estos Juegos Olímpicos de París 2024 solo se habló de una cosa: el disfrute. Minutos después del oro, José “Maligno” Torres le confiesa a PERFIL el significado de la charla: “Remarcamos mucho que el miedo de la fase de clasificación era muy grande porque, al promediarse las dos pasadas un error tiraba todo a la basura. Por eso solo hablamos del disfrute, de tirar todo lo que habíamos practicado en todo este tiempo. Ser conscientes del lugar en el que estábamos”.