El sonido de las tribunas del estadio de Independiente después del clásico con San Lorenzo marcaron la síntesis de lo que fue el partido: aplausos para los pibes del Rojo e insultos para los dirigentes. El cero a cero tuvo intensidad y evidenció cierta mejoría en el equipo de Julio Vaccari, pero que el entrenador no haya podido contar con los refuerzos porque los dirigentes no levantaron las inhibiciones cuando ya se disputaron cuatro fechas después del receso entra en el terreno de lo intolerable para los hinchas.
Independiente, además, jugó con diez durante 70 minutos por la expulsión de Alex Luna, que de manera irresponsable le metió un planchazo a Malcom Braida. VAR mediante, el árbitro le mostró la roja y parecía que se venía la noche.
San Lorenzo aprovechó el jugador de más y tuvo la pelota gran parte del primer tiempo, pero Independiente no se quedó y ante sus limitaciones pudo refugiarse bien atrás y salir de contraataque en momentos clave.