Nuestros
lectores deben recordar que el 18 de junio del corriente año en nuestra nota “Libertario
a la Chow fan”, exponíamos que más allá de toda la pirotecnia anticomunista del
presidente argentino, el Libertario se vio obligado a restablecer relaciones
comerciales y diplomáticas con China en el contexto de tener que renovar el
swaf que vencía a fines de ese mes.
Esta negociación se llevo adelante sin la obligación de Mieli de tener que ir a rendir pleitesía a Don Xi Jinping y a su pueblo, ni siquiera hubo condicionamientos fuertes del gigante asiático, todo quedo en un compromiso de buena voluntad del gobierno argentino en agilizar los mecanismos para que las actividades económicas y productivas de china en nuestro país volvieran a tomar el ritmo que llevaban antes del diez de diciembre último.
Ni Caputo, ni nadie del gobierno había soñado con un escenario tan ideal, de estar a horas de un default total, pasaron a tener la holgura necesaria y asegurada, sacándose un peso de encima por 12 meses y todo al costo de nada.
Le daban crédito por 12 meses, se olvidaban de insultos y de maltratos, no exigían nada y plin caja sigamos adelante “No los vamos a defraudar” dijeron los libertarios.
Algunos analistas hicimos mención de la paciencia y sabiduría oriental que caracteriza a China, la cual es beneficiosa si se la respeta y se la aprovecha.
Pero el gobierno argentino solo pensó en aprovecharla, abusarse y seguir, en definitiva una típica “Argentiniada”. Pero en el medio, pasaron cosas, que obviamente el gobierno no esperaba ni evaluaba, pero los chinos lo sospechaban o talvez manejaban info, vaya uno a saber.
Pero Milei dejo ese mal trago atrás y se olvido de hacerle la derecha al gobierno chino después de la gauchada del swaf, y nada se solucionó.
Los mercados de occidente y oriente medio, nunca respondieron a las propuestas seductoras y no tan lejos de lo carnal que ofrecía argentina para que lleguen inversiones, hicieron toda la tarea y más, pero no fue suficiente.
Y entonces de repente “Los únicos que tienen intenciones de seguir creyendo en argentina es china y ahora volvieron a ser socios estratégicos mas allá de su tinte comunista” reza hoy el Libertario.
También como publicamos en este blog, a mediados de septiembre los chinos decidieron que ya era suficiente espera y se pusieron más rígidos en su postura. Pidieron por el cumplimiento de la palabra empeñada por Milei y no solo eso, sino que dejaron en claro que ya no tolerarían un maltrato más, ni de él, ni de su entorno.
Todo esto bajo la amenaza de retirarse de las represas patagónicas, de los emprendimientos en litio, minería y hasta del Belgrano Cargas, sumando el peor escenario que seria el de priorizar la compra de carnes y granos en otros mercados, minimizando la compra al país.
Esto provocaría un desbalance terrible de la balanza comercial y en consecuencia golpearía de lleno en los sectores afines al gobierno. Si bien desde distintos sectores se trato de bajar el nivel de amenaza que conlleva el mensaje de la retirada china, los sectores de exportadores e importadores sondearon que la situación realmente era compleja y los plazos sumamente cortos.
Ahora la pelota ya esta en el campo argentino, dentro del área chica y el arquero es Milei, quien lo supo ser en sus años mozos, pero mejor no evaluar sus condiciones futbolísticas.
Volviendo al complejo escenario planteado horas antes de que el presidente fuera a su exposición en la ONU, las alternativas eran pocas, o hacia caso omiso a los reclamos asiáticos o acataba. Fue su hermana y los Caputos los que convencieron al presidente del volantazo mas pronunciado en su política exterior, del odio al amor en solo días, no solo no hizo ninguna crítica al régimen de china, mientras le pego hasta la mismísima ONU, sino que a su regreso se desarma en elogios y freses amigables para el que hoy es “Un socio importantísimo de argentina como lo es China”. Ahora resta destrabar los interese chinos como segunda muestra exigida de buena voluntad mientras prepara su visita al gigante asiático.
Claramente el Chow fan se cocina a fuego lento.