Después de 10 meses el gobierno nacional fue perdiendo su poder de fuego en el congreso. Si bien no logro la mayoría en las urnas, en realidad mucho menos, pero con alianzas que iban y venían, promesas que nunca cumplieron a los gobernadores, agresiva pirotecnia verbal y sectores que en nombre de la gobernabilidad apoyaron en ambas cámaras, fue sacando adelante gran parte de sus propuestas.
Desde la aprobación de un ambicioso DNU y una elefantiásica Ley Bases que fueron aprobadas más allá de una poda importante, pasaron a tener hoy un escaso tercio, mejor dicho escaso y débil tercio en diputados.
Recordemos que hace apenas meses fue necesario el desempate de la Vice Presidenta de la Nación, ya que aduras penas las fuerzas estaban equilibradas en la cámara alta. Entonces hoy el gobierno festeja una derrota, en realidad un triunfo basado en el mejor perdedor, revirtiendo la sanción de dos leyes que van en la dirección opuesta a las políticas de recortes oficialistas a puro VETO.
Esto, que Pichetto expresó como la presentación de la sólida minoría, no es un dato menor, veamos.
Si bien cabe aclarar que el presupuesto 2025 será aprobado como corresponde, el resto de las pujas legislativas será con un gobierno en amplia minoría. Y esa minoría que es sumamente débil esta sostenida, mas no garantizada, por Macri.
Esto implica un gran esfuerzo del ex Presidente, un costo político sin mucho redito a la vista.
¿Entonces porque la sostiene?
El ex presidente ha hecho gala de un juego perverso, de idas y vueltas, de estoicismo frente al maltrato oficial y de acuerdos personalismos entre él y Milei.
Demas esta decir que esto último expone al Libertario en una faceta de "Casta" que lo complica de cara a su electorado.
Pero Macri no escatima esfuerzos en sostener un supuesto poder del oficialismo ante la oposición en las cámaras.
Resulta que el ex Presidente a perdido peso electoral, sin el Pelado, ni La Montonera, Macri no tiene un referente en su partido con el peso específico para lograr la competitividad en una contienda electoral por la presidencia. Algunos le endulzan el oído alentando a que sea Mauricio quien encabece, pero él bien sabe que eso no es viable. Perdió a sus candidatos, a sus jugadores económicos, a parte de su electorado y sobre todo la Alianza Cambiemos ya no goza de salud alguna, en realidad está muerta y hoy sólo se habla del PRO puertas adentro. Un PRO muy flaco por donde se lo mire.
En un escenario Nacional donde el Peronismo busca reorganizarse, con Quintela en el mismo escenario donde se acaba de subir Cristina, con un Gobernador fuerte como Axel, con tantos maltratados por el gobierno, con Radicales hartos del PRO y de la LLA, con los Pelados que descansan del lado de afuera de La Recoleta y sobre todo con tantas voces que dicen que la salida debe ser democrática, sostener el tercio es vital para Mauricio si aspira a reorganizar la tropa y poder dar la pelea. El tiempo corre, cuesta ver al PRO fortalecido y la gobernabilidad se escurre como arena entre los dedos del Ex Presidente.
Con una espada que pende sobre Milei, encarnada por su insania mental, lo único que lo mantiene en el poder es ese bendito tercio.
El apoyo popular se va disolviendo en las aguas de la recesión, el apoyo político en las tempestades desatadas por Milei y su hermana, y para cuando lo acusen, muchos miraran para otro lado, solo el tercio lo sostendrá.
Veto a Veto ese tercio se debilita, más allá que lo alimenten a Asados “Populares” con diputados y que a la gente la indigesta.
Presentes, ausentes y fantasmas, ya no alcanzarán.
Cuando MM se desencante de toda posibilidad de sumarse al actual gobierno o cuando ya no pueda garantizar el mínimo impuesto por la ley, el final está esperando a la vuelta de la esquina.
No es por convencimiento político o espíritu democrático el empeño de MM en su accionar, es solo por haber quedado muy retrasado en su armado para lo que viene.
Fernando Peiro